Sueño con voces, sueño con el fin de los tiempos, más no recuerdo que fue de vos, que fue de mí.
Siento en los cielos volar, naves poderosas impulsadas con viento, recogiendo los cuerpos destrozados de los guerreros de la paz,
Si solo el tiempo me pudiera decir que me amas, te seguiría amando.
Si solo el mar me pudiera decir que me amas, te seguiría amando.
Los vientos de Octubre llegan a mi, y los recuerdos nostálgicos de la infancia primera rebotan en mi ser.
Miles de noches, con estrellas fugaces que empañan la tristeza diaria de la época, no me permiten pensar cuando terminará mi nostalgia por algo que ni siquiera sé que existe.
Cuando adolescente creía que un ángel caminaba conmigo, hoy no sé quien era, pudo ser un amor pasado, ese amor que creo buscaré por siempre, esa cara angelical de rizos dorados, de vestidos largos blancos como la nieve.
Aún mi corazón recuerda los campos verdes donde juntos compartíamos nuestros primeros besos apasionados. Te busco niña, te busco tierna, lozana con boca rosada, con aliento a hojas de menta, con tus ojos color del roble.
Mi princesa dorada, mi niña amada, no recuerdo más, recuerdo mis negros vestidos, mi piel diferente, mi caballo robusto, mis medievales castillos, recuerdo verte parada junto al río, en la verde campiña, recuerdo tus manos acariciando mi cuerpo, recuerdo tu cuerpo acariciando mi soledad, mas hoy no recuerdo tu nombre, ni el tiempo, ni el lugar.
Nombres prohibidos en tumbas perdidas en las tundras, o en los bosques, o quizá en la verde campiña, recuerdo mi dolor joven, recuerdo mi gran venganza, mis hazañas, recuerdo el escudo, mas no lo veo, mis padres, mis hermanos y hermanas.
Recuerdo las espadas blandir el aire, recuerdo la roja sangre en mis ropas negras, más no te recuerdo a ti. Recuerdo una fría lápida gris, en un campo verde.
Hoy pido a los cielos que un sueño me permita verte, despedirme, se que estas en los cielos, se que mi niña amada reposa en el jardín del señor, quizá fuiste mi único amor, quizá serás mi único afán.-
El corazón grita de alegría se que mi petición fue concedida, se que aún me amas, ruega por mi, mi amada princesa.
Sabes hoy pude recordar las gaitas sonando, las flautas y a ti te veo danzando con la gracia de una gacela, con la ligereza de una garza, tus piernas largas insinuándome tu amor, acariciando mis deseos, recuerdo tus susurros al decir que me amabas, que si ibas al cielo serías mi ángel de la guarda, que soñarías conmigo, que creías en mí.
El tiempo ha perdido los recuerdos ancestrales de mi vida pasada, más el tiempo jamás podrá borrar la nostalgia de la noche primera, del beso escondido de tus canciones eternas.
Hoy me encuentro en tierras lejanas, fuera de tus sueños, lejos de mis ancestros, en la circunferencia de otras estrellas, mi sol alumbra cuando el tuyo duerme, mis peces nadan cuando los tuyos vuelan.
De rodillas uno por uno cuento los recuerdos, y cuento los días para soñarte, para poder tocarte, para poder besar tu mejía, para poder besar tus labios, para poder reír de tus gracias inocentes, para poder ver reflejado mi rostro en tus bellos ojos.
Suenan los tambores en el lejano bosque, la hora de la batalla se acerca, la conquista repica en mis tentaciones, mis sueños son ligeros, pero tú eres constante.