La ternura de lo prohibido quedo atrás
Pues ya no eres más, la fruta prohibida
Eres el cáliz de la vida de un romántico soñador
Con danzas ancestrales
Con épicas aventuras en castillos encantados
De dulces princesas de bravos caballeros
Y te conviertes hoy
En mi descanso insoluto en el tiempo y la distancia
Pero entonces me doy cuenta que ni el tiempo
Es suficiente para olvidarte.
Ni la distancia tiene la longitud suficiente
Para quemar los lazos que de plata se visten.
Cada instante para no recordarte
Las estrellas tejen hoy
Un hilo de oro fino
Que se ata a mi corazón y llega derecho a mi ilusión
De verte un día feliz
Con alguien que te ame como yo
Mi amor se parece al cáncer que invade
Y pudre la vida
Hoy pido la cura del cáncer de mi amor
En tus recuerdos, ¿qué sueño hoy tienes?
Le pido a mi señor, al Jesús de Nazareth
Que borré de tu corazón
Cualquier recuerdo de mí
Y ponga aire nuevo, bajo tus alas y te permita llegar
Al amor verdadero
Le pido a mi padre, Dios del cielo y de la tierra
Que moldee con sus bellas manos
A ese ser que te ha de amar en esta vida
Pero en el nunca jamás, me permita al menos un día
Que dure mil años
Amarte sin parar
En los campos celestiales que adornan
La faz de mi mundo
Le pido a mi padre, el glorioso Jehová, Yahvé
Ten misericordia de mi
Y borra de mi amada los recuerdos de mi
Y dale hoy, esta misma noche el amor
Verdadero que nace de ti